Desde las primeras investigaciones sexológicas, se ha mencionado al autoerotismo, auto
estimulación, o masturbación, considerándola como
normal, inocente, benigna, inevitable incluso gratificante.
Todos los investigadores afirman que la
masturbación o
autoerotismo es una conducta natural y frecuente en la
infancia, no se transforma en un hábito, que cambia las
relaciones sexuales adultas, a no ser que medien aspectos
psicopatológicos, en todas las edades es
normal, natural, adecuada. Es impulsada por el instinto
sexual, que es muy fuerte por una parte,,y por la
euforia, positivismo y endorfinizacion que causa el proceso
orgásmico en el Sistema Nervioso Central.
La cultura, la
religión y las costumbres la han
peyorizado, llenando de vergüenza y culpa a las personas, a
pesar de lo cual un porcentaje importante de individuos la
practican con asiduidad.
En la adolescencia la practican el 85% de los varones y
el 60% de las mujeres.
Es muy frecuente en las personas de la tercera
edad. Informes especializados afirman que el 50% de los
adultos entre 60 y 70 años, se auto erotizan, así como el 30 al 40% de las personas entre los 80 y 90 años.
Puede ser de gran importancia y ayuda en la tercera y
cuarta edades para hombres y mujeres solas, o sin pareja
estable, ya que libera las tensiones emocionales, físicas y
sexuales, ayuda a las mujeres de esa edad a mantener una
cierta turgencia, capacidad de lubricación y orgasmo, los
hombres solos en la vejez se sienten potentes, producen más
testosterona para mantener el apetito sexual y el orgasmo
masculino con las contracciones prostáticas ayuda a la misma
para mantener por mas tiempo su normalidad.
La venta de juguetes
auto eróticos, vibradores, masturbadores, accesorios para el
autoerotismo, producen ganancias espectaculares a sus
productores.
Los padres deben encontrar la manera de conversar con los
jóvenes sobre estos aspectos de la sexualidad, el problema
moral lo deben resolver de acuerdo a sus creencias
personales y formación religiosa, sin dejar de tener en
cuenta el aspecto científico concluyente "el conocimiento de
la sexualidad ayuda al adecuado ajuste psicosexual de la
persona para una sexualidad placentera y eficaz en la edad
adulta." El autoerotismo debemos considerarlo como un
elemento que posibilita la máxima capacidad de respuesta en
el comportamiento sexual futuro en hombres y mujeres.
Todos los investigadores coinciden que a la
mayoría de
las mujeres les resulta mas fácil llegar al orgasmo, por el
autoerotismo que por el acto sexual. Durante el autoerotismo
la mujer puede estudiar aquellas partes de su anatomía que
son mas excitantes. Durante el mismo, la mujer concentra su
estimulación directamente en su clítoris, ajusta el ritmo, la
intensidad de estimulación, de acuerdo a sus
necesidades, mientras que en el acto sexual, el estímulo
clitoridiano es indirecto, y ello es sumamente importante, ya
que la función única del clítoris es proporcionar placer
sexual orgásmico.
Este escollo en cuanto a la capacidad
orgásmica de
la mujer en el acto sexual, puede ser superada únicamente por
el conocimiento, la habilidad y la atención sobre las pautas
de estimulación-respuesta que el hombre debe ejercer en la
mujer, para ello el hombre debe además mantener su erección y
mantener su eyaculación.
Todo este dilema nos indica que la capacidad de respuesta
de la mujer en el acto sexual depende del conocimiento que
ella misma tenga de su capacidad de respuesta, de la
comunicación de sus preferencias a su pareja, y por ende de
la habilidad, capacidad y destreza el hombre, con buena
erección y eyaculacion controlada. Solo con todos estos
aditamentos el acto sexual es satisfactorio para la mujer y
para ambos.
Debemos necesariamente entender que la respuesta
orgásmica de la mujer es superior en el autoerotismo pero
que la satisfacción sexual total es mayor en los orgasmos
cóitales, porque en el mismo se cumplen los dos aspectos de la
intimidad, el emocional ( amor) y el sexual. Dicho en otros
términos el orgasmo en el acto sexual es mas pleno, llena
todas las expectativas psíquicas y físicas, de la mujer y el
hombre.
Prof. Dr. Oscar Sapena Pastor
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